jueves, 30 de abril de 2020

BOTE DE LA CALMA . RACÓ DE LA CALMA


 ¡Hola, familias! Ya tenemos aquí el fin de semana. 
Y para que paséis un rato entretenido todos juntos hemos preparado esta entrada en el RACÓ DE LA CALMA 
¿Os acordáis de cuánto os gusta relajaros con los BOTES DE LA CALMA que tenemos en clase? Pues, ahora lo podéis hacer en casa y usarlo como os hemos enseñado en el cole. 
                                                                                                                   
EL FRASCO DE LA CALMA EN FAMILIA, de MARIA MONTESSORI
El frasco de la calma es un material dirigido a las familias para poder controlar las rabietas en los niños y los nervios del adulto. Con él se pretende poder canalizar el estrés y la ansiedad potenciando la respiración y la calma gracias a la concentración.
El frasco de la calma se puede elaborar con distintos ingredientes, la mayoría de ellos son fáciles de tener en casa. Está compuesto por pegamento, agua, champú, purpurina y otros elementos que harán que tenga un movimiento casi hipnótico que ayude a niños y niñas enojados a controlar sus rabietas o estados de ansiedad, pero siempre y cuando se utilice de una forma correcta donde comprenda que es un frasco para sentirse bien.

INSPIRADO EN LA IDEOLOGÍA DE MARÍA MONTESSORI
El frasco de la calma está inspirado en la pedagogía de María Montessori y el objetivo es aprender a regular las emociones negativas pudiéndolas canalizar y que de este modo lo sentimientos como la de rabia, ira o tristeza puedan entenderse desde la calma. Todas las emociones son importantes y se deben poner palabras para que se pueda crear una conciencia, algo que hará que en el futuro al reconocer esas emociones se puedan dominar mejor.
Es muy importante que el frasco esté bien sellado para que no se pueda abrir bajo ninguna circunstancia puesto que los materiales que hay en el interior son tóxicos.

EL ADULTO DEBE ACOMPAÑAR DURANTE TODO EL PROCESO
El frasco de la calma no debe ser usado por el niño o niña de forma individual, siempre tendrá que estar el adulto a su lado para poder guiarle en el proceso de relajación. El objetivo es llegar a la calma, despejando la mente, cuidando la respiración y notar cómo el miedo, el estrés o la ansiedad van despareciendo. De manera cordial y con un tono dulce, el adulto que acompaña el proceso, deberá darle instrucciones al menor para que sepa cómo debe hacerlo, diciendo cosas como: “Ahora vamos a sentarnos con el frasco de la calma para relajarnos todos. Respiraremos hondo y nos fijaremos en silencio en cómo la brillantina se mueve y se desliza por el frasco hasta que se pare del todo. Después y desde la calma, hablaremos sobre lo ocurrido y buscaremos soluciones al problema”

CÓMO HACER NUESTRO TARRO DE LA CALMA

Materiales:
·       Una botella/bote de plástico (limpia de pegatinas)
·       Pegamento líquido transparente (también se puede usar pegamento líquido con purpurina) o aceite corporal para niños
·       Agua
·       Para dar color: Azulete o Colorante alimentario
·       Purpurina
·       También podemos añadir pequeños juguetes que tengamos por casa o conchas de la playa
·       Glicerina o champú transparente

¿Cómo se hace?

1. Rellenamos la botella o frasco hasta la mitad con agua tibia.

2. Añadimos el pegamento líquido o en su defecto el aceite para niños. La cantidad a utilizar dependerá del tamaño del recipiente elegido, iremos echando hasta que veamos que la mezcla empieza a tener un aspecto más denso. Cuanto más pegamento o aceite echemos con mayor lentitud se moverá la purpurina.

3. En este punto debemos añadir la glicerina o champú transparente y lo mezclamos bien. Usamos pegamento o aceite y glicerina o champú junto con el agua porque esta es la manera de que existan fluidos de diferentes densidades lo que hará que la purpurina descienda haciendo diferentes movimientos y a distintas velocidades.

4. Podéis en este momento añadir el colorante o azulete. También podéis dejar la mezcla transparente, a gusto de cada niño.

5. Añadiremos la purpurina, este es el momento de dejar volar nuestra imaginación y elegir la forma, el tamaño y los colores que más os gusten. Eso si os recomiendo usar aquellos colores que dan más serenidad: tonos verdes, azules o morados son una buena elección, intentando evitar colores de la tonalidad del rojo, ya que los colores influyen de manera importante en el estado de ánimo.

6. Para finalizar añadimos agua tibia hasta que el frasco esté lleno. Dejaremos un dedo de aire que permita el movimiento del contenido cuando la botella o frasco se agite.
7. Cuando esté listo y sobre todo si los niños son muy pequeños es importante pegar bien la tapa con pegamento o silicona para evitar que se abra la tapa sin querer o la abra el niño por error.

     ¡Y ya tenéis vuestro tarro de la calma! 
                                 
  Esperamos vuestros comentarios y fotos



No hay comentarios:

Publicar un comentario

TANQUEM EL BLOC FINS SETEMBRE

RES ENS ATURARÀ Benvolgudes famílies, Ha arribat el dia de finalitzar el curs. Les vostres PT's del CEIP Carraixet vos hem preparat...